domingo, 13 de marzo de 2016

VAYA VALLA!!!!

Siempre me han llamado la atención las vallas publicitarias, incluso antes de que la revolución me las hiciera ver como instrumento de “política económica”, en ausencia de una verdadera. Y es que, a mi entender, las vallas brindan información en muchos campos, razón por la cual me fijo en ellas siempre que tengo la oportunidad de visitar algún lugar, incluido mi país, Venezuela.

La principal información es, por supuesto, comercial. Estos grandes carteles permiten ver qué productos, servicios y atractivos turísticos destacan en el mercado o  intentan entrar a él. Y algunas resultan supremamente ingeniosas y dignas de elogio. ¡Qué sería de Estados Unidos sin estos inmensos carteles apostados a lo largo de sus autopistas y carreteras!! Al igual que los árboles, las vallas deben competir entre sí por algo de la “luz” que le brinda nuestra mirada por lo que, ante las normas que rigen su tamaño y ubicación, recurren a la inventiva y a la originalidad. Pero no crean que solo en un país capitalista por excelencia florecen estos avisos. Países “intermedios” como Italia, Francia y España también recurren a esta estrategia de publicidad, con el reto adicional de no interponerse entre el ojo del visitante y la historia, no vaya ello a generar predisposición en su contra. E incluso al otro extremo de la línea ideológica, China no solo abarrota sus calles y carreteras con avisos de marcas mundiales y propias, sino que además los ilumina hasta el hartazgo.

Dependiendo del lugar y del momento, las vallas pueden además cumplir otras funciones. A raíz de los ataques terroristas del 11 de septiembre, los avisos con emblemas de “united we stand” fueron uno de los instrumentos utilizados para levantar la moral del americano y su envidiable espíritu patriótico. Italia los utiliza para combatir la piratería; México intenta mostrar en ellas sus esfuerzos de lucha contra el narcotráfico, por si acaso alguien los pone en duda, mientras que Colombia busca educar al conductor, pidiéndole que no se convierta en una estrella negra en el pavimento. Y por supuesto está la política. ¡Ah la política! ¡Qué sería de las campañas electorales sin este instrumento!

En general, las vallas tienden a ser estáticas, pues muestran al país tal como es en ese preciso momento. Pero, por increíble que parezca, en Venezuela las vallas son dinámicas, no obstante servir para los mismos propósitos para los que se le usa en otras partes: mostrar lo que hay. Según una gruesa estadística personal concluyo lo siguiente:

- Cinco de cada diez vallas son inutilizadas para fines políticos:
a)  Anunciar lo que no se hace y que, por ende, no se ve. Y es que siempre he pensado que las obras, de existir, no necesitan anuncio.
b)  Anunciar el miedo del presidente a reconocer que no cuenta con el apoyo del pueblo; que nunca tuvo el supuesto carisma de su predecesor; que ya es muy tarde para rescatar el patriotismo que nunca hemos tenido  y que, incluso el eterno, es historia.  
c)  Anunciar que el gobierno vive en una permanente campaña electoral, puesto que estos avisos están presentes todo el año, todos los años, desde hace 17 años. Es decir, es un instrumento ineficiente de continuo lavado de cerebro, aunque seguramente también se utilizan para otro tipo de lavado, pues alguien debe estar ganando un dineral con todo lo que el gobierno “invierte” en ellas y que bien podría tener un destino más loable. Porque necesidades sociales hay, y muchas!!!
d)  Servir de instrumento para hacer catarsis, al permitir al ciudadano de a pie expresar sus ideas abiertamente a través de una pedrada o de una bomba de pintura, sobre todo para los que no tienen acceso a posiciones estratégicas, no obstante llevar varios mangos en el bolsillo.

- Cuatro de cada diez vallas son utilizadas para propósitos comerciales:
a)  Se utilizan para anunciar lo que hubo, a través de avisos descoloridos y abandonados, que muestran productos y servicios que hace tiempo desaparecieron y que solo quedan en nuestra memoria y anhelos. Productos que abundaban antes de esta indigestión de patria… perdida. De allí el carácter dinámico del que les hablaba antes. 
b)  Se utilizan para anunciar lo que hay: escasez y abandono. De esas cuatro vallas, tres están vacías, en espera de poder volver a promocionar productos y servicios. En espera de un futuro que, Dios mediante, llegará en nuestro tiempo. Porque si bien no hay mal que dure cien años, espero poder recuperar mi país dentro del tiempo que mi cuerpo, el de mis hijos y mis nietos, resista.

-Una de cada diez vallas hace propaganda a las propias vallas publicitarias y a la empresa encargada de ellas. Esta la quiero ver como una señal de fe. La quiero ver como una muestra de lo que todos los venezolanos (incluso ellos) estamos esperando y sabemos que vendrá: tiempos mejores.