domingo, 22 de mayo de 2016

LA SUMA DE TODOS LOS MALES


En 1991, Wolfgang Peterson nos impactó con una película sobre un drama de la vida real: George Clooney al frente de un barco pesquero, lleva a su tripulación a enfrentar una super-tormenta resultante de la combinación de aires fríos y calientes,  cuyas dimensiones no fueron capaces de prever y que los condujo al hundimiento de la nave y la muerte de todos sus tripulantes.

Lo que se está viviendo en el país se parece cada vez más a esta “tormenta perfecta”. Sin mucho esfuerzo, la oposición ha ido ganando aliados de entre los ni-ni, gracias a la desastrosa política del socialismo del siglo XXI que ha conducido a nuestro país a los mayores niveles de pobreza, destrucción y violencia de su historia y que nos ha  llevado a que no adoptar una postura política no sea una opción. Los que fueron obligados a abandonar la indiferencia, pudieron identificarse de alguna manera con la marea azul que venía organizándose en torno a la Mesa de la Unidad, a pesar de las dificultades propias de una estructura heterogénea. También  son ahora oposición, los chavistas cuya miopía y errada percepción de las inexorables leyes económicas les ha hecho creer que Maduro ha destruido el legado de Chávez, antes que entender que esta situación no es sino el producto de las decisiones tomadas por el delincuente eterno basadas en el rencor, la ignorancia y el afán de poder y de lucro. Este grupo peligroso, que eventualmente estaría dispuesto a votar por el próximo Chávez, se une a aquéllos que lograron abrir los ojos gracias a las propias acciones del antecesor del dictadorzuelo, formando una marea roja que para nada se asemeja a la que lograba reunir la revolución, con pago de por medio. Y es que nunca el corazón capitalista latió más fuerte en Venezuela. Maduro y su banda no han logrado entender la magnitud de la tormenta que se les viene encima y a la que, al igual que los pescadores de la película, han decidido enfrentar de manera ciega, con riesgo de hundirse ellos junto con todos nosotros.

Igual de impredecible es la magnitud de los crímenes cometidos por los personajes que se adueñaron de las riendas del país desde hace 17 años. Cuando escucho noticias acerca de las imputaciones a expresidentes y gobernantes en ejercicio, no puedo evitar desear que fuese sólo eso de lo que podamos acusar a los últimos dos nuestros. Facilito al lector una lista de los crímenes que se le han imputado a algunos mandatarios regionales a fin de determinar cuál de ellos no fue cometido por los gobernantes de Venezuela (no puedo decir “venezolanos” porque uno de ellos no lo es) de los últimos 17 años.

Acusaciones contra Dilma Rousseff
¿Hecho en socialismo?
Sobornos en la empresa petrolera
           
Recibir dinero desviado de la estatal petrolera y de grandes obras públicas para financiar la campaña electoral del 2014

a
Intentar liberar empresarios involucrados en casos de corrupción

b
Violar normas fiscales maquillando el déficit presupuestal, facilitando con ello ganar las elecciones

c
Acusaciones contra Cristina Fernández
¿Hecho en socialismo?
Recepción de pagos o coimas a cambio de entrega de beneficios y tratamientos preferenciales ilegales, enriquecimiento ilícito y falsificación.

d
Administración infiel en perjuicio de la administración pública, específicamente, especulación con el dólar.

e
Acusaciones contra Otto Pérez Molina
¿Hecho en socialismo?
Cohecho pasivo y asociación ilícita (caso la línea)

f
Caso especial de defraudación aduanera

g
Prácticas sistemáticas de tortura y actos de genocidio

h

a) Agregar tantas casillas como considere para los casos electorales ocurridos en Venezuela en los que el chavismo haya utilizado recursos públicos físicos, humanos y financieros en campañas electorales. Ojala hubiese sido sólo un año.

b)  Anexar en páginas adicionales tantas casillas como considere para incluir militares y empresarios, con y sin maletín. Se permiten además los casos de narcotráfico, con sobrinos y todo.

c) Para Venezuela se debe agregar además el ocultamiento de cifras reales de la economía, de la información acerca de convenios firmados con China, Rusia, etc. y la del FONDEN. Para violaciones a la Constitución se debe utilizar páginas adicionales.

d)   Para los casos de importación de alimentos y medicinas, utilizar hojas aparte.

e)   Además de los 13 años de control cambiaria, las cuentas bancarias en el extranjero, las compras de casas en efectivo en Miami, los spa abiertos en esa ciudad, el lector puede agregar tantas casillas como países a los que el gobierno rojo le haya hecho donaciones sospechosas e inconsultas, desatendiendo necesidades nacionales; países a los que se les haya cedido el control de algún recurso, ente u oficina del país, incluido el Fuerte Tiuna.

f)   Aunque la magnitud de lo robado en Venezuela permite entender que ninguno de los oficialistas en el gobierno fue pasivo, se admite el cargo bajo la consigna de “ayúdame que yo te ayudaré”. No confundir el caso la línea, con la línea blanca por la que se procesa a los narco-sobrinos y por la que, Dios mediante, deberá responder ojos lindos.

g)  Se limita al control de los boli-puertos. Los casos de mercancía descompuesta en los puertos se incluyen bajo el punto d.

h)   Incluye muertos por violencia, por falta de insumos médicos, por hambre y desnutrición, accidentes viales por carreteras en mal estado y suicidios por desesperación. Se agregan familias separadas y exportación forzada de capital humano.

Otras acusaciones estarán por venir, dentro y fuera. Evo Morales y Daniel Ortega, más allá de sus líos de faldas uno y de violaciones el otro, deberán responder por pretender emular a la banda criminal que tiene por ahora el control de Venezuela, al igual que lo tendrá que hacer Rafael Correa, más allá de pagar por la pésima calidad de sus “shows”.  

Hasta el lector más desprevenido habrá encontrado ejemplos de todos estos crímenes en Venezuela, y más. Faltan por agregar el costo de haberse robado, literalmente,  la mejor oportunidad que hemos tenido en nuestra historia; la productividad perdida en horas de cola;  el haber sacado lo peor de los venezolanos; el haber chabacanizado el ejercicio de la política, al país y mucha de su gente; el haber destruido, por abandono o por acción propia, la infraestructura construida durante las 50 décadas que antecedieron a su arribo; el haber sembrado la cultura del odio y el cinismo y haber dividido el país; por la pérdida de valores y la cultura del desprecio hacia el esfuerzo y el conocimiento; el habernos convertido en una vergüenza mundial; el haber vendido nuestras fronteras a las fuerzas armadas, a cambio de su apoyo irrestricto y haber comprado conciencias internacionales; el haber convertido a Venezuela en una isla rodeada de tierra en su mayor parte. Y por supuesto, por todos y cada uno de los más de 260.000 muertos que lleva a cuestas la revolución, hasta ahora; todos los Bassil Da Costa y las Génesis Carmona;  todas las Mónica Spear; todos los niños sin futuro y todos los adultos sin esperanza.


No cabe la menor duda de que estos 17 años de revolución pueden resumirse como la suma de todos los males