En 1991, Wolfgang Peterson nos
impactó con una película sobre un drama de la vida real: George Clooney al
frente de un barco pesquero, lleva a su tripulación a enfrentar una super-tormenta
resultante de la combinación de aires fríos y calientes, cuyas dimensiones no fueron capaces de prever
y que los condujo al hundimiento de la nave y la muerte de todos sus
tripulantes.
Lo que se está viviendo en el país
se parece cada vez más a esta “tormenta perfecta”. Sin mucho esfuerzo, la
oposición ha ido ganando aliados de entre los ni-ni, gracias a la desastrosa
política del socialismo del siglo XXI que ha conducido a nuestro país a los
mayores niveles de pobreza, destrucción y violencia de su historia y que nos ha
llevado a que no adoptar una postura
política no sea una opción. Los que fueron obligados a abandonar la
indiferencia, pudieron identificarse de alguna manera con la marea azul que venía
organizándose en torno a la Mesa de la Unidad, a pesar de las dificultades
propias de una estructura heterogénea. También
son ahora oposición, los chavistas cuya miopía y errada percepción de
las inexorables leyes económicas les ha hecho creer que Maduro ha destruido el
legado de Chávez, antes que entender que esta situación no es sino el producto
de las decisiones tomadas por el delincuente eterno basadas en el rencor, la
ignorancia y el afán de poder y de lucro. Este grupo peligroso, que
eventualmente estaría dispuesto a votar por el próximo Chávez, se une a
aquéllos que lograron abrir los ojos gracias a las propias acciones del
antecesor del dictadorzuelo, formando una marea roja que para nada se asemeja a
la que lograba reunir la revolución, con pago de por medio. Y es que nunca el
corazón capitalista latió más fuerte en Venezuela. Maduro y su banda no han
logrado entender la magnitud de la tormenta que se les viene encima y a la que,
al igual que los pescadores de la película, han decidido enfrentar de manera
ciega, con riesgo de hundirse ellos junto con todos nosotros.
Igual de impredecible es la
magnitud de los crímenes cometidos por los personajes que se adueñaron de las
riendas del país desde hace 17 años. Cuando escucho noticias acerca de las
imputaciones a expresidentes y gobernantes en ejercicio, no puedo evitar desear
que fuese sólo eso de lo que podamos acusar a los últimos dos nuestros. Facilito
al lector una lista de los crímenes que se le han imputado a algunos
mandatarios regionales a fin de determinar cuál de ellos no fue cometido por
los gobernantes de Venezuela (no puedo decir “venezolanos” porque uno de ellos
no lo es) de los últimos 17 años.
|
Acusaciones contra Dilma Rousseff
|
¿Hecho en socialismo?
|
|
|
Sobornos en la empresa petrolera
|
|
|
|
Recibir dinero desviado de la
estatal petrolera y de grandes obras públicas para financiar la campaña
electoral del 2014
|
|
a
|
|
Intentar liberar empresarios
involucrados en casos de corrupción
|
|
b
|
|
Violar normas fiscales maquillando
el déficit presupuestal, facilitando con ello ganar las elecciones
|
|
c
|
|
Acusaciones contra Cristina Fernández
|
¿Hecho en socialismo?
|
|
|
Recepción de pagos o coimas a
cambio de entrega de beneficios y tratamientos preferenciales ilegales,
enriquecimiento ilícito y falsificación.
|
|
d
|
|
Administración infiel en perjuicio de
la administración pública, específicamente, especulación con el dólar.
|
|
e
|
|
Acusaciones
contra Otto Pérez Molina
|
¿Hecho en socialismo?
|
|
|
Cohecho pasivo y asociación ilícita (caso
la línea)
|
|
f
|
|
Caso especial de defraudación aduanera
|
|
g
|
|
Prácticas sistemáticas de tortura y
actos de genocidio
|
|
h
|
a) Agregar tantas casillas como
considere para los casos electorales ocurridos en Venezuela en los que el
chavismo haya utilizado recursos públicos físicos, humanos y financieros en
campañas electorales. Ojala hubiese sido sólo un año.
b) Anexar en páginas adicionales
tantas casillas como considere para incluir militares y empresarios, con y sin
maletín. Se permiten además los casos de narcotráfico, con sobrinos y todo.
c) Para Venezuela se debe agregar
además el ocultamiento de cifras reales de la economía, de la información
acerca de convenios firmados con China, Rusia, etc. y la del FONDEN. Para violaciones
a la Constitución se debe utilizar páginas adicionales.
d) Para los casos de importación
de alimentos y medicinas, utilizar hojas aparte.
e) Además de los 13 años de
control cambiaria, las cuentas bancarias en el extranjero, las compras de casas
en efectivo en Miami, los spa abiertos en esa ciudad, el lector puede agregar
tantas casillas como países a los que el gobierno rojo le haya hecho donaciones
sospechosas e inconsultas, desatendiendo necesidades nacionales; países a los
que se les haya cedido el control de algún recurso, ente u oficina del país,
incluido el Fuerte Tiuna.
f) Aunque la magnitud de lo robado
en Venezuela permite entender que ninguno de los oficialistas en el gobierno
fue pasivo, se admite el cargo bajo la consigna de “ayúdame que yo te ayudaré”.
No confundir el caso la línea, con la línea blanca por la que se procesa a los
narco-sobrinos y por la que, Dios mediante, deberá responder ojos lindos.
g) Se limita al control de los
boli-puertos. Los casos de mercancía descompuesta en los puertos se incluyen
bajo el punto d.
h) Incluye muertos por violencia,
por falta de insumos médicos, por hambre y desnutrición, accidentes viales por
carreteras en mal estado y suicidios por desesperación. Se agregan familias
separadas y exportación forzada de capital humano.
Otras
acusaciones estarán por venir, dentro y fuera. Evo Morales y Daniel Ortega, más
allá de sus líos de faldas uno y de violaciones el otro, deberán responder por
pretender emular a la banda criminal que tiene por ahora el control de
Venezuela, al igual que lo tendrá que hacer Rafael Correa, más allá de pagar
por la pésima calidad de sus “shows”.
Hasta el lector más
desprevenido habrá encontrado ejemplos de todos estos crímenes en Venezuela, y
más. Faltan por agregar el costo de haberse robado, literalmente, la mejor oportunidad que hemos tenido en
nuestra historia; la productividad perdida en horas de cola; el haber sacado lo peor de los venezolanos;
el haber chabacanizado el ejercicio
de la política, al país y mucha de su gente; el haber destruido, por abandono o
por acción propia, la infraestructura construida durante las 50 décadas que
antecedieron a su arribo; el haber sembrado la cultura del odio y el cinismo y
haber dividido el país; por la pérdida de valores y la cultura del desprecio
hacia el esfuerzo y el conocimiento; el habernos convertido en una vergüenza
mundial; el haber vendido nuestras fronteras a las fuerzas armadas, a cambio de
su apoyo irrestricto y haber comprado conciencias internacionales; el haber
convertido a Venezuela en una isla rodeada de tierra en su mayor parte. Y por
supuesto, por todos y cada uno de los más de 260.000 muertos que lleva a
cuestas la revolución, hasta ahora; todos los Bassil Da Costa y las Génesis
Carmona; todas las Mónica Spear; todos
los niños sin futuro y todos los adultos sin esperanza.
No cabe la menor
duda de que estos 17 años de revolución pueden resumirse como la suma de todos
los males.